Thursday 1 July 2010

Entrevista a Estrés

Hace unos seis meses comencé a acompañar a Estrés pa'rriba y pa'bajo para hacerle una entrevista como esas que le han hecho a algunos famosos después de vivir con ellos una temporada.

No es que no lo conociera de antes, pues
siempre me lo encontraba por ahí; en la universidad, en la calle, y hasta solíamos coincidir en una que otra fiesta y yo le decía: -¡Épale estrés! ¿Y eso?
Y él siempre me contestaba: -Pues aquí vale- y se quedaba un rato conmigo.

De hecho, la i
dea de este trabajo fue suya, pues ya me tenía bastante confianza y me propuso que lo entrevistara, y él mismo quedó en venir a mi casa todos los días a penas yo me despertara e irse a la hora de dormir.
Yo sabía que sería difícil convivir de forma tan intensiva con él, pero acepté pues es un personaje tan conocido que supe que podría sacarle algo interesante al asunto.

Y así comencé a vivir con Estrés constantemente. Lo primero que hizo, cuando llegó, fue tocarme el timbre compulsivamente y bien temprano en la mañana. Supe que tendría que comenzar a pararme más temprano.


Acontinuación, están algunas cosas que durante estos seis meses le he preguntado de forma progresiva.

¿Cómo es tu rutina al despertar?
"Siempre me paro con alarma,
y trato de pisar el bon de diez minutos más unas tres o cuatro veces antes de levantarme. Por supuesto, eso hace que cuando me bajo de la cama, ya se me esté haciendo tarde así que sólo me tomo un café grande. La verdad, no soy de los que desayunan, y por eso a las diez de la mañana ya tengo hambre".



Ya veo... ¿Sigues alguna
dieta específica?
Estrés reconoció
que no había pensado en eso, y me dijo que trata de comer algo rápido, aceptablemente sabroso y no muy caro.
"Yo creo que la comida es más como una gasolina
para el cuerpo que como un acontecimiento. Es decir, uno puede tener una cena especial en ocasiones, pero comer, para mí es una cosa en la que uno debe perder el menor tiempo posible".
Ciertamente, Estrés no pierde tiempo con sus platos. Yo lo he visto almorzar en diez minutos y luego ponerse a trabajar sin reposar ni un ratito.
Incontables veces me ha dicho que le fascina la comida rápida, y cuando le toca cocinar (decidimos turnarnos porque era un fastidio atender un invitado constantemente) sólo hac
e arroz simple con un bistec o una milanesa bien salada. Esos días tomamos refresco porque "hacer jugo es fastidiosísimo".

¿En qué cosiste tu trabajo?
"Yo soy como una especie de orador
motivacional incomprendido. Trabajo de forma independiente y la gente que recibe mis servicios normalmente espera que los ayude a estar más alerta y sensibles ante una situación preocupante. Te digo que soy incomprendido porque mucha gente no entiende que mi trabajo debe ser temporal y me prolongan el contrato por meses y hasta años, pero luego se dan cuenta de que de esa forma se vuelve inaguantable, y yo, que soy un profesional muy serio, no me puedo ir si ellos mismos no me piden la renuncia. Con tantos clientes tensos y preocupados, no es raro que yo mismo sea asociado con esas actitudes".

Estrés siempre me hablaba de uno de sus clientes, un estudiante de primer año de Medicina que lo contrató al entrar a la universidad para que lo ayudara a hacerle frente a la novedad y las nuevas dificultades, pero que cuando salió de vacaciones le pidió que volviera al segundo año y así sucesivamente.
"Se apegó tanto a mí, que hoy trabaja en un hospital público y uno de mis agentes está a diario con él".

¿Cómo es eso de agentes del estrés?

"Pues s
on mis asistentes... los que me permiten prolongar mis servicios en muchas personas al mismo tiempo. De ese modo, yo puedo estar aquí contigo y mientras tanto, tus vecinos, tus amigos, tus familiares y conocidos, también están siendo atendidos, o como me gusta llamarlo, están todos estresados".

Como parte de la investigación, me pareció necesario hablar con algunos de esos agentes del Estrés y descubrí que existen departamentos distintos. Pauté un meeting con un vocero de cada rama de la empresa.


Primero fuimos a la oficina de un agente psico-emocional. Había llegado diez minutos antes que nosotros, con traje bussiness casual impecable y de marca. Al acercarnos, lo ví mirar el reloj unas cinco veces en menos de un minuto. Él nos explicó que debido a que hoy en día hay tanta competencia, mucha gente necesita estar alerta para encontrar, o para no perder su trabajo. Él los motiva a que se exijan más, sean siempre puntuales y traten de tenerlo todo a tiempo.
"Mucha gente después de un mes con mi sistema, queda agotada.
Recuerda que hoy en día no se te va a meter un lobo en la casa, ni tienes que luchar con un puma ni recorrer decenas de kilómetros; pero igual es una cosa que está en la sangre de la gente y, como la presión actual es menos específica y más general, no siempre saben cuando hay que estar estresados y cuando no".
El agente se veía muy bien, pero al observarlo en detalle, tenía los ojos rojos y ojeras, respiraba de forma
irregular y no sonreía en ninguna ocasión.

Le agradecimos su atención y fuimos a nuestro siguiente meeting con un agente físico. Recuerdo que Estrés me advirtió que no me le quedara viendo a la gente que trabajaba en ese departamento porque eran muy sensibles. Al entrar a la oficina, ví cubículos pequeños con gente fumando, comiendo fritura, hablando por dos teléfonos a la vez, en medio de montones de papeles. La mayoría tenía sobrepeso o se les notaba estar por debajo de lo normal. La tele a todo volúmen no ayudaba. El agente que iba a hablar conmigo estaba de reposo médico por tensión alta, pero igual había ido a la reunión.
Yo le dije que si quería lo dejábamos para otro momento, pero el me dijo que trabajaba mejor bajo presión. "Verás, si uno está muy có
modo, no siente necesidad de ser productivo. Yo ayudo a la gente a que se sacuda la flojera, no sólo importa la actitud sino el entorno, y si no tienes estrés constante, no haces nada".

¿Pero... y si tienes demasiado estrés?
"Al menos para mí, nunca es demasiado. Tú tienes que saber tu propio límite". Me dijo. Un par de días después, supe que le había dado un infarto y estaba en la clínica.

De nuevo en
la casa, otra cosa que noté de Estrés es que en sus ratos libres veía televisión y/o jugaba videojuegos casi exclusivamente. Si le decía para salir, sólo accedía si había alcohol en el intinerario, o si íbamos a un centro comercial.


¿Cuál es tu canal y programa de televisión favoritos?
"Me encantan los noticieros. La verdad es que todos los canales venezolanos me mantienen pegado a la pantalla. Cualquier canal de noticias podría ser mi favorito, Globovisión, I, CNN. Dígame la música de noticiero... me fascina. Los programas documentales sobre la contaminación ambiental o sobre las guerras tienen un cercano segundo lugar".

¿Cómo es tu rutina de antes de dormir?
"Como sufro de insomnio, veo televisión un rato, luego me conecto. Como a las doce me como algo, preferiblemente una chuc
hería, y mientras veo la tele, chateo y escucho rock, me pongo a pensar en las cosas que tengo que hacer al día siguiente. También me mando mensajes de texto por celular con mis conocidos. A veces me voy a dormir con la misma ropa que salgo a la calle".

¿Cómo puede alguien romper un contrato que hizo contigo?
"Basta que un día la persona decida ordenarme que me vaya, pero casi nadie lo hace. Mucha gente cree que yo me voy a ir sólo, pero se les olvida que mientras ellos no me pidan la renuncia, oficialmente para mí significa que me necesitan, así que intento hacer mi trabajo lo mejor que pueda y mantenerlos lo más estresados posible".
Estrés me aclara que no basta decirle que no venga más si ahí mismo uno lo vuelve a llamar o lo sigue recibiendo como si nada. "Tiene que haber una seguridad de que mi cliente no me necesita en esos momentos para yo poder dejarlo, si lo veo comportándose exactamente igual, siempre considero que aun me necesita".

Ya al final de los seis meses me había acostumbrado tanto a convivir con Estrés que me parecía parte de la casa y siento que lo conozco como la palma de mi mano; algo que siempre me llamó la atención de él es su desbalance, en vez de dormir lo normal, un día duerme muchísimo y otro día no duerme nada; un día almuerza demasiado temprano y come muchísimo, y al otro almuerza súper tarde y apenas prueba algo. Lo ví subir y bajar de peso, lo ví llorar de los puros nervios un día que no habían hielos en el congelador, lo ví gritarle a mi perro y a gente cualquiera por la calle, sobre todo las veces que él manejaba.

Finalmente las cosas se volvieron insoportables pero quería completar el semestre para mi entrevista, y ayer, después de una larga fiesta de despedida en la que vinieron de visita todos sus agentes, terminó nuestro tiempo juntos, al menos de forma tan intensiva.
Al salir, él me aseguró que vendría a visitarme de vez en cuando. Supongo que ya no voy a seguir su rutina ni verlo las 24 horas, pero ciertamente es muy difícil sacárselo de encima por completo y sé que en cualquier momento me toca el timbre y sube a quejarse de mil problemas.
Más que evitarlo, hay que saber recibir a Estrés y también es bueno pedirle que se vaya de vez en cuando pues puede llegar a ser muy útil, pero es el peor roomate que alguien puede tener.

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