Cosas que se pierden solas

Ocasionalmente uno deja un libro en un autobús, un teléfono en un taxi o una franela en casa de alguna amistad y así se pierden.
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Al menos uno sabe qué fue lo que pasó así no puedas recuperar el objeto, sin embargo, algunas cosas simplemente están y al día siguiente no aparecen por ninguna parte; es como si nunca huieran existido aunque en el caso de las medias queda la evidencia de la pareja abandonada en la gaveta....
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Algunos ejemplos de cosas que se pierden solas:
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Las medias: El ejemplo clásico. Puede que haya un pequeño agujero negro en cada secadora que se las chupa de vez en cuando enviando medias viejas a un universo paralelo donde llueven medias.
Los peines: Uno compra muchos peines a lo largo de la vida y siempre tiene uno sólo ¿Será que son como los peces beta y no pueden haber dos en el mismo territorio así que luchan y uno se va de la casa cuando llega el nuevo? Pobrecitos......
Los lápices: como dice mi hermana, "yo nunca he tenido un lápiz hasta que esté chiquitico". Como los gatos, es raro que estén con nosotros durante toda su vida natural. A veces uno lo presta y se pierde, pero en otros casos simplemente se esfuman de la cartuchera cuando uno los va a buscar.
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Un documento importante: las cédulas, por ejemplo, desaparecen y aparecen pegadas de las vitrinas de las panaderías o en la caja registradora del cine. Si se tiene una copia del examen que deberá presentar, lo más probable es que a la hora de buscarla para hacer la chuleta a.k.a. acordeón (sí, en algunos países le dicen acoerdeón), no estará por ninguna parte. ¿Un pantalón no era de la talla adecuada? No problem, con la factura los cambian en la tienda (sólo que la factura debe estar resguardándose de una lluvia de medias en algún lado muy bizarro)....
Un teléfono anotado en un papelito: Puede que sea el número de una empresa que da helado gratis a domicilio pero si se anota en un papelito no llegará a ver la luz del día.....
El control remoto: Este es uno de los más Houdinis de la lista: no sólo se pierde solo, si no que aparece solo, y lo hace a cada rato. Tal vez es que va a tomarse nuestro refresco o a comerse los dulces que haya en la nevera (que también parecen acabarse solos, en especial si en la casa vive un hombre).La mantequilla: También aplica para el queso crema o la mermelada, dependiendo de lo que le unte más seguido al pan. Se pierde en la nevera y sólo aparece cuando se compra otra/o....
Las páginas en blanco tamaño carta: Uno siempre cree que quedan suficientes y cuando va a imprimir resulta que no, así que se aplica la onda verde de imprimir por los dos lados sólo para luego encontrar las famosas hojas en una carpeta poniéndose amarillas....
Hablando de onda vede, una pequeña anécdota que no viene al caso pero aquí va...
Estaba en un evento donde habían varios stands promocionales y me acerco a uno de tejas. La persona con quien estaba le pregunta a la chica con pinta de albañil-sexy (sí, es posible usar ambas palabras en la misma frase) si eran tejas verdes. Ella dice "bueno, aquellas son verdes" y le muestra unas tejas color verde. Es raro ver a alguien tan equivocado y tan en lo cierto a la vez.
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La acetona: Basta que uno se quiera despintar las uñas para que el frasco de acetona o quita-esmalte salga corriendo (me lo imagino con todas sus pertenencias envueltas en un pañuelo colgado en un palo y cargándolo con el hombro ¿y por qué no?, dirigiéndose al atardecer)....
Las minas: Todo el que tenga portaminas sabrá que una caja de minas, si se quedara con nosotros lo suficiente como para gastarla, dura muchísimo. Pero esto jamás sucede, la mayoría de las cajas de mina se desintegran automáticamente cuando se acaba la mitad del producto, convirtiéndolo a uno en un verdadero buscaminas....
Los bolígrafos: similar al lápiz pero con un feeling totalmente distinto. Tienen la tendencia a implotar sigilosamente cuando uno está al teléfono y debe anotar algo importante. También les pasa eso cuando a uno se le ocurre la fórmula del café que no se enfría o alguna otra cosa importante y corre a anotarlo sólo para que se olvide antes de estar a cien metros a la redonda de algo con tinta....
Pajuelas: En teoría, siendo el plástico no-biodegradable, un músico estaría bien comprando una pajuela en toda su vida. Para quienes no sepan, son esas uñitas plásticas con las que se toca guitarra, las cuales después de un par de meses de uso se convierten en espuma marina. Algunas reaparecen mucho después llenas de pelo debajo de la cama.
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Las llaves: ¿Por qué si uno procura dejarlas siempre en un lugar fijo, las llaves aparecen donde les da la gana? Si fueran personas, serían ese tipo que se despierta después de una rumba intensa sin tener idea de cómo llegó al piso del baño.
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Las colitas de cabello: Al igual que en el caso de las pajuelas, en teoría, con una colita que se compre en esta vida (o una de cada color) debería bastar, pero estas se desvancen como un shampoo tinte. Si uno quiere que una colita dure por siempre, tiene que comprar la más horrorosa de la tienda o dañarle el elástico, esas son las que sí duran....
Un zarcillo: Al igual que las medias, uno de los gemelos no es tan fantástico y termina -probablemente- en alguna gran alcantarilla paseando sobre una lata vieja como en una versión escatológica de Venecia....
Monedas y billetes pequeños: Siempre a la vista, suficientes para pagar un par de horas de estacionamiento o el periódico del día si no fuera por el hecho de que cuando uno los busca salen corriendo a ocultarse entre los cojines del sofá más cercano debajo de los cuales reaparecen años después....
Los pelapapas y sacacorchos: Hay varios utensilios de cocina que se pierden cuando más necesarios son pero estos dos son los mejores escapistas. El primero reaparece cuando la papa está lista para freír (si acaso) y el segundo aparece cuando se está buscando al pelapapas....
Las pilas: Cuando se acaban las pilas de algo, uno cree que tiene unas de repuesto pero ¡No! Resulta que si no se usan inmediatamente después de su compra, se autodestruyen y autolimpian los restos (no pregunten cómo).
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Cargadores de celular: Siempre están estorbando por toda la casa excepto cuando son necesarios. Tal vez se escapan a una fiesta o a clases de salsa porque cuando aparecen están llenos de nudos y con el cable todo enredado [tip ecológico: no los dejen enchufados sin usar]....
Extensiones eléctricas: Cuando hace falta una extensión, ésta huye (tal vez a serirle tragos a los cargadores de celular). En caso de que aparezca, estripa sus puntas metálicas de modo que no cuadre en el enchufe que se quiere externder y sea necesario un adaptador, que no aparecerá por ninguna parte....
Destornilladores: Cuando se necesite un de pala, está el de estría y viceversa. Es que se turnan para vigilar y no tener que trabajar... Who wants to be screwing all day?...
Barajas (naipes): Había un X-Men llamado Gambito que hacía quemarse a las barajas para lanzarlas a sus enemigos. La verdad es que lo que hacía era pensar con mucho empeño en que quería jugar póker y siempre alguna de las cartas realizaba combustión espontánea. Para él era un arma práctica, para nosotros es una forma de sabotear al resto del mazo....
Seguramente hay otros objetos que se pierden solos, algunos regresan y a otros nunca los vemos de nuevo.
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Tal vez algún día lleguen todos juntos como una gran pelota de Katamari Damacy [foto a la derecha] que ha perdido su rumbo.
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Allí nos tocará salir corriendo a nosotros.

¿Qué otra cosa se pierde sola? ¿Qué puede estar pasando?

Los dejo con un video de Katamari Damacy para que reflexionen al respecto...